¡Que Jesús sea adorado y María sea amada!
La Fraternidad está
llamada a vivir diariamente una estrecha relación con María: serán de María en todo, vivirán en María y
para María. Cada pequeño acto será orientado para el Triunfo del Inmaculado Corazón de María. Así, la Fraternidad
reproducirá en su Vida de Nazareth el primer apostolado oculto de Jesús que es:
amar entrañablemente a María.
Los Hermanitos están llamados
a caminar diariamente en la Escuela de
María, ya que a Ella le fue encargada la maternidad espiritual de sus hijos
al pie de la Cruz, y a hacer cada acto ordinario bajo la infancia espiritual,
al estilo de María.
Mirando a la Madre,
contemplaremos el rostro de Cristo y veremos
todas las cosas a la manera de Jesús a través de las pupilas de María. En
la dulzura de Nazareth y en la agonía de la Cruz acompañaremos a Jesús unidos
íntimamente al Inmaculado Corazón de María. Jesús y María serán los dos amores
del Hermanito y los aprenderá a amar en la monotonía de Nazareth y en amor
dolido y crucificado en la Cruz.